Aquí estamos 12

Aunque nadie me preguntó

El domingo pasado leí un artículo muy simpático en el periódico Reforma. Ahí se preguntaba a varios escritores, científicos, actores y a otras personas famosas qué se llevarían al espacio exterior, si tuvieran que salir del planeta en forma rápida y con el mínimo de equipaje. Algunas respuestas me sorprendieron porque me parecieron tontas; otras, eran de esperarse y casi estoy de acuerdo con ellas. Pero de lo que quiero hablar aquí, aunque nadie me preguntó, es de lo que yo me llevaría al espacio en una situación como esa.

Además de algunas pocas, muy pocas, cosas personales entre las que incluyo las fotografías de mi familia, lo primero que se me ocurrió fue empacar mi guitarra y dos de mis discos favoritos (creo que pondría uno de Santana y otro de The Offspring). Si se trata de incluir algun libro, decidirme por alguno me parece más difícil; quizá empacaría uno de Roal Dahl, otro de J. R. Tolkein y otro que leí hace poco y que me impresionó: El ascenso del hombre, de J. Bronowski, por cierto muy difícil de conseguir. Hasta ahora no había leído un libro tan padre sobre la historia de la humanidad. Ahí se narra en forma fácil lo que ha sido el desarrollo de los seres humanos. Eso es lo que yo me llevaría al espacio.

Por supuesto, si pudiera incluir algo más, pondría dentro de mi maleta los dos discos compactos que contienen la Enciclopedia Británica, por si acaso encontrara a algún extraterrestre al que debiera explicarle quién soy y de dónde vengo. Y, por último, o quizá para empezar, una pizza hawaiana y una bolsa de chocolates, como recuerdos de los ricos sabores de esta maravillosa Tierra.

Juan Felipe López
Colegio Edron
México. D.F.