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Saber para sobrevivir... o no
Alma Rodríguez Soto
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Shutterstock
No cabe duda de que la información es poder e incluso puede salvar vidas. Si no lo creen, he aquí un ejemplo que nos da el escritor Augusto Monterroso en su cuento sobre fray Bartolomé Arrazola, su roce con la muerte y un eclipse.
Resulta que, perdido en la selva guatemalteca y rodeado de nativos que le querían arrancar el corazón para ofrecerlo en sacrificio, el cura español tuvo un pulso de supervivencia al recordar que ese día se produciría un eclipse solar.
A punto de ser sacrificado, Bartolomé Arrazola intentó apantallar, y sobre todo asustar, a los nativos guatemaltecos con ese conocimiento obtenido a base de estudiar a Aristóteles. “Si me matáis —les dijo— puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura”.
En un cuento de menos de 10 párrafos Augusto Monterroso narra que los indígenas —que el español había creído unos salvajes— sabían tanto de eclipses como su prisionero occidental, y dos horas después el corazón del fraile chorreaba sangre en el altar de los sacrificios bajo un sol eclipsado. El conocimiento te puede salvar la vida, salvo cuando tu enemigo sabe más que tú.
Alma Rodríguez Soto
Estudiante de la maestría en comunicación
ENEP-Acatlán, UNAM