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¿A qué huele el Universo?

Úrsula Mundo Valencia

Ilustración: Carla García

Esa fue la pregunta que un profesor hizo en clase y a la cual respondí: “Mi Universo tiene aroma a cacao con azúcar y dulces de coco de todos los colores. También puedo sentir el olor de muchas flores y, dependiendo de la temporada, unos serán más fuertes que otros, como el cempasúchil, que avisa que las calaveritas están cerca. Asimismo, el Universo huele al humo de los carros, de los cigarrillos, de las motocicletas y de todo lo que nubla la vista”.

El profesor guardó silencio y luego dijo: “Es verdad que unos sitios huelen mejor que otros, pero el Universo en realidad huele a amoniaco, que despide un olor parecido al de la orina de perro o al pescado descompuesto; a sulfuro de hidrógeno, que huele a huevo podrido; a fosforina, que es como olor a ajo; a carbolino, que despide olor a estiércol; y a cianuro de hidrógeno, que huele a almendras amargas. En las estrellas IRAS 16293-2422 se encontró glicolaldehído, que puede oler a glucosa o azúcar, y también está Sagitario B, una nebulosa gigante en la que se ha descubierto formiato de etilo, sustancia que huele a frambuesas y ron”.

En ese momento pensé: indudablemente la ciencia ve al Universo de otra manera.