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Una posible respuesta

A partir de que el ser humano ha cambiado científica y tecnológicamente todo su entorno físico y a sí mismo como especie, han surgido día con día más interrogantes, dudas y miedos ante las nuevas ideologías en todo tema, desde el científico hasta el religioso. ¿Por qué?, tal vez la razón de tanta incertidumbre ante cuestiones como el SIDA, la utilización y creación de armas biológicas y químicas, el sueño de conquistar el espacio, la clonación, la destrucción del medio ambiente, entre otros, ha sido que hemos dejado atrás, sin responder, la mayoría de las dudas que nos impulsaron a seguir y llegar hasta este punto. Por ejemplo, ¿quién tiene la suficiente capacidad para tomar decisiones que le conciernen a toda la humanidad?, ¿quien decide al final?, ¿cuál es —verdaderamente— la manera correcta de aplicar todos los conocimientos que se tienen y a quién? Como especie tenemos pendiente una larga lista de preguntas esperando ser resueltas y no va a ser hasta que tengamos conclusiones homogéneas y la capacidad para relacionarlas con nuestras propias ideas individuales, que toda la incertidumbre que tenemos ante el futuro vaya alejándose para dar paso a una era donde nuestra inteligencia no sólo la utilicemos para crear y después destruir, sino para mantener orgullosamente nuestro lugar como seres humanos.

Tania Andira Martínez Andrade
Segundo de Preparatoria,
Universidad del Valle de México,
Campus Tlalpan