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La única forma de progreso
Se teme lo que se ignora, eso es lo que observamos en la sociedad actual cuando se trata de ciencia. Como ejemplo tomemos a la química. Hoy en día para muchas personas la palabra química es sinónimo de veneno, pues se ha llegado a pensar que un alimento es bueno sólo cuando se elabora o cultiva sin “químicos”. Y peor aún, hay personas que tienen la idea de que quienes se dedican a la ciencia son individuos de bata blanca, cabello desaliñado y un poco fuera de este mundo, que dedican la mayor parte del tiempo a diseñar inventos y experimentos que pueden poner en peligro a la humanidad.
No se toman en cuenta los grandes beneficios que nos ha brindado la ciencia, como la eliminación de enfermedades mortales, el incremento de la esperanza de vida de la especie humana, la capacidad de alimentar a millones de personas; en pocas palabras, una mejor calidad de vida.
Es cierto que las comodidades de la vida moderna tienen un costo ambiental, pero si nos esforzamos un poco podemos, mediante el desarrollo sustentable, vivir en armonía con el medio sin sacrificar nuestro bienestar.
El temor que se tiene a todo lo relacionado con la ciencia es producto de la ignorancia y ha hecho que muchas personas simpaticen con corrientes seudocientíficas y lleguen a confiar en charlatanes como astrólogos y curanderos. Para poder distinguir la verdad de la falacia en todo lo que nos rodea es necesario desarrollar un pensamiento crítico y eso sólo será posible si desde niños crecemos comprendiendo y amando la ciencia, pues esa es la única forma en que un país y su gente pueden progresar.
Ronny Flores
Facultad de Química, UNAM
México, D. F.