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Universo sin límites

La lucha constante del hombre por conocer sus orígenes y determinar la razón de su existencia lo ha llevado a crear teorías o modelos que explican su mundo y su ser.

En la actualidad la teoría más aceptada sobre el origen del Universo es la del Big-bang o Gran Explosión. La idea de un Universo en expansión, propuesta por el astrónomo Edwin Hubble, parte del hecho de que el Universo se expande de modo que cada galaxia se aleja de nosotros a una velocidad proporcional a su distancia. La velocidad de alejamiento de un astro se puede determinar por su espectro, pues cuando un astro se aleja las líneas de su espectro se desplazan hacia las zonas con longitudes de onda largas, que corresponden al color rojo (por ello se habla de un “corrimiento al rojo”). El caso contrario ocurre cuando un astro se acerca, y sus líneas espectrales tienden a longitudes de onda cortas, correspondientes al color azul. Entonces, si el Universo se está expandiendo, en un pasado tuvo un tamaño mínimo a partir del cual comenzó a expandirse. Para saber en qué momento inició esto se han hecho varios cálculos. Uno de ellos es el que parte de la velocidad actual de alejamiento de los astros y va hacia atrás en el tiempo hasta el momento en que se originó el Universo, cuya edad se ha estimado en alrededor de 15 mil millones de años.

Sin embargo, si nos remontamos tan sólo un segundo antes de la Gran Explosión, suponemos que existió un cúmulo de energía condensada, con densidad y temperatura infinitas. Pero... ¿de dónde salió esa energía que después habría de dar lugar a la masa?, ¿había algo más a su alrededor?, ¿acaso “siempre” existió? y, si así fue, ¿por qué no explotó antes? Las preguntas que pueden surgir sobre lo que había antes de que se formara el Universo superan la capacidad de este escrito, pero nunca nuestra imaginación, los límites de nuestro pensamiento.

Reyna Hernández Benítez
Estudiante de la Facultad de Ciencias, UNAM
México, D. F.