De entrada 100
Julia Tagüeña
Es un hecho conocido que nuestro amor por el número 10 y sus múltiplos como el 100 se debe a que tenemos 10 dedos. Esos dedos, con pulgar oponible —paso fundamental en la evolución de los homínidos—, nos sirven para hacer cuentas un poco a escondiditas. El 10 o el 100, según la escala, se asocian con la calificación más alta. Nuestros números son base 10, nuestras unidades también se someten al 10 y la muy famosa nanotecnología está en unidades de 10 a la menos 9. Un ejemplo muy bonito de las propiedades de nuestro sistema decimal lo hizo el genio matemático Gauss cuando era niño. Su maestro, seguramente para que la clase no le diera tanta lata, pidió a los alumnos que sumaran todos los números del 1 al 100: 1 + 2 + 3 +…+ 100. Mientras todos lo hacían laboriosamente, el niño Gauss ya tenía la respuesta: (101x100)/2 porque se dio cuenta que si sumaba las parejas adecuadas, colocando al 1 con el 100, al 2 con el 99, al 3 con el 98, etcétera, la suma de cada una de estas parejas era siempre 101, y eso se podía hacer 100 veces. Ya sólo le faltaba dividir entre dos, porque había así sumado dos veces del 1 al 100 y listo, sale 5 050. Puedes practicarlo sumando del 1 al 10, ahora la suma es 11, 10 veces, y verás que el resultado es 11x10/2 que da 55 (por cierto, también el cinco nos gusta, porque son los dedos de una sola mano).
Para nosotros, en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, llegar al ejemplar número 100 de ¿Cómo ves? significa motivo de excelencia y orgullo. Son 100 meses en que nuestro gran equipo de la Subdirección de Medios que dirige acertadamente Juan Tonda y encabezado con entusiasmo y dedicación por la editora Estrella Burgos —equipo integrado por Isabelle Marmasse, Gloria Valek, Sergio de Régules, Atenahys Castro, Ruth Pérez, María Gabriela García y Guadalupe Fragoso—, ha producido 100 ejemplares de gran calidad, tanto en contenidos como en diseño. Durante este periodo la revista ha recibido diversos reconocimientos, como el premio en la categoría de centros y programas de la Red de Popularización de la Ciencia de América Latina y el Caribe, organización auspiciada por UNESCO, en la edición 2002-2003, y el premio del Club Primera Plana y Novartis para divulgación de ciencias de la vida en 2000. La Secretaría de Educación Pública hizo en 2005 una edición de un millón de ejemplares de una antología de ¿Cómo ves? dentro de su colección de libros para la actualización del maestro.
En ¿Cómo ves? se han tocado temas como el sida, el virus del papiloma humano, la anorexia, el estrés, la medicina genómica, la gripe aviar (por citar sólo algunos de los relativos a la salud), la computación cuántica, los agujeros negros, el comportamiento animal, las relaciones entre arte y ciencia, los organismos transgénicos, la búsqueda de inteligencia extraterrestre, el origen de la vida, los planetas extrasolares, el cambio climático, los huracanes… además de ediciones especiales sobre la violencia, la problemática del agua, las contribuciones de Albert Einstein y la evolución.
En este número encontrarán un artículo de Antígona Segura sobre los planes, tan ambiciosos como polémicos, para que el ser humano regrese a la Luna; un texto de Daniel Martín Reina que se adentra en la sorprendente hipótesis según la cual el Universo sería como un inmenso holograma; la historia de las bibliotecas de Alejandría, escrita por Gloria Valek; una reseña que realiza Gertrudis Uruchurtu del grave problema ambiental que representan las pilas y baterías al ser desechadas en basureros, y, para conmemorar que se trata de la edición número 100, una colaboración especial de Sergio de Régules sobre la propia revista ¿Cómo ves?
Estamos muy agradecidos con los autores, fotógrafos e ilustradores, con el Consejo Editorial, con las colaboradoras Alicia García Bergua y Noemí Luna, con quienes han apoyado este esfuerzo en múltiples formas dentro y fuera de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, con los lectores que son quienes sostienen este esfuerzo continuado que hoy alcanza una meta y que seguirá llevando la ciencia a la sociedad mexicana en el futuro. Por último, pero en primer lugar, le agradecemos a la Universidad Nacional Autónoma de México, que nos ofrece una casa donde se da la creación en libertad y los sueños se vuelven realidades.