De entrada 243
Estrella Burgos
Un hombre pierde su cartera en un centro comercial. Minutos después escucha en los altavoces del lugar que informan al dueño de la cartera extraviada que una persona la entregó y puede pasar a buscarla a una oficina. Agradecido, el hombre va por la cartera y para su enorme sorpresa descubre que ahí están sus tarjetas de crédito, sus identificaciones, todo lo que llevaba en ella, menos el dinero. ¿Por qué alguien haría algo así, devolver la cartera pero robarse el dinero? Porque ese alguien pudo justificar su conducta ante sí mismo, responde Dan Ariely, investigador del comportamiento, en su columna en el periódico Wall Street Journal. Como cuenta Claudia Hernández en el artículo de portada, innumerables actos de deshonestidad suceden por la misma razón. Y en mayor o menor medida, todos los cometemos cotidianamente. Otra forma de decirlo, a la mexicana, es “¿qué tanto es tantito?”. Al parecer es mucho. Claudia nos describe los experimentos de Ariely y otros investigadores, cuyos resultados subrayan las consecuencias de ser deshonestos, así sea sólo poquito.
Agustín B. Ávila nos cuenta parte del trabajo del Consorcio de Investigación del Golfo de México, formado por más de 200 científicos de diversas instituciones del país y creado a raíz del mayor derrame petrolero del que se tenga noticia, ocurrido en abril de 2010 en un pozo de la plataforma Deep Water Horizon. Agustín aborda lo relativo al estudio de bacterias que degradan petróleo y cómo estos microorganismos son nuestros mejores aliados para contender con catástrofes ecológicas como la de ese derrame. Si algo así ocurriese de nuevo, y no es descabellado pensar que así será, estaremos mejor preparados.
Quienes estudiaron química hace muchos años recordarán que las sustancias se pesaban sirviéndose de balanzas provistas de unas pequeñas pesas metálicas, muy bonitas por cierto. Pero esas balanzas no tenían la precisión deseable para muchas mediciones, por ello después se utilizaron balanzas electrónicas. No obstante, el estándar para esos instrumentos sigue siendo una barra de platino que se resguarda en París: el kilogramo patrón. Guillermo Cárdenas narra porqué en mayo próximo esto cambiará, y cómo se redefinirán las unidades para medir la masa, la corriente eléctrica, la cantidad de sustancia y la temperatura. Todo ello se acordó en la más reciente Conferencia General de Pesas y Medidas realizada a fines del año pasado, un encuentro que se lleva a cabo periódicamente desde hace más de un siglo.
Una gran injusticia tuvo lugar cuando el tutor de Jocelyn Bell, hoy una afamada astrofísica, aceptó el premio Nobel de física 1974 por un descubrimiento que ella hizo. En una entrevista con Sergio de Régules en septiembre del año pasado, Jocelyn cuenta cómo logró ese descubrimiento y sobre su lucha por la igualdad de oportunidades para las mujeres con un programa que empezó en 2015 con otras científicas británicas y hoy continúa.