De entrada 47
Estrella Burgos
El cuerpo humano siempre es un motivo para el asombro, por más que creamos saber cómo funciona. ¿Qué podría haber de nuevo, por ejemplo, en nuestro sentido del oído? Seguramente ya conoces su anatomía y sabes cómo es el proceso de la audición; pero quizá no sospechas que en ese proceso el cálculo y comparación de números son esenciales, y que ambos ocurren con gran velocidad y precisión. Esto hace del oído un sentido de extraordinaria complejidad, la cual se manifiesta sobre todo cuando escuchamos música, e incluso en el tipo de sonidos que se eligen para crear una obra musical, como se explica en el artículo de portada que ahora presentamos: “El oído calculador”. Otra sorpresa que te ofrecemos se refiere a los virus, que tienen una merecida mala fama por la variedad de enfermedades que causan. Pero si son marinos la cosa cambia; en el ambiente acuático el papel de los virus puede ser benéfico, ya sea en el control de fenómenos destructivos como la marea roja o en su contribución a la variabilidad genética de organismos unicelulares. Y si quieres pasar del mar al cielo, no te pierdas el relato del lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik, que no sólo marcó el inicio de la era espacial, también fue el aliciente para poner en operación un formidable radiotelescopio.
Encontrarás más de la historia de la ciencia y la tecnología en “El telar aritmético de Charles Babbage”, que nos cuenta el trabajo de quien es considerado como el padre de la computación. Completa esta edición un texto de química que presenta alternativas a todos aquellos cuyas ocupaciones no les permiten disfrutar de sabrosas comidas calientes.
¡Buen provecho!