23 de noviembre de 2024 23 / 11 / 2024

De entrada 9

José Antonio Chamizo

El káiser Guillermo II de Alemania, en la cumbre de su poder, declaró oficialmente que el siglo XX había comenzado el 1° de enero de 1900. Si aceptamos que un siglo consta de cien años, el káiser –como todos los políticos y comerciantes que hoy nos quieren convencer de lo mismo- se equivocó. La cuenta de los años, como nos lo explicó Carlos Prieto en el artículo publicado en el número 6 de ¿Cómo ves? Empieza con el número 1. Allí se dice: “…si insistiéramos en admitir la existencia de un año cero, con éste debería haber un siglo cero y un milenio cero. De igual forma, los meses, escritos numéricamente y los días de cada mes deberían comenzar a contarse con cero. Así, enero sería el mes cero y diciembre el once…”.

La historia de cómo contamos el tiempo es sin duda fascinante. De la observación de los ciclos del día y la noche, así como de las estaciones del año, la construcción de los relojes de Sol, el uso de las velas que se consumen en determinado tiempo, el diseño y construcción de relojes mecánicos –tal vez la primera máquina pública que ocupó un lugar privilegiado en los campanarios de las iglesias-, a los relojes de cuarzo, hay un gran trecho, el que coincide con el desarrollo del conocimiento científico. En esta historia se recoge también el hecho de que tanto la mayoría de las celebraciones públicas importantes como los principales periódicos y revistas, dieron correctamente la bienvenida al siglo XX el 1° de enero de 1901. Por más poderoso que fuera le káiser Guillermo II, y lo era ya que en ese momento Alemania encabezaba la lista de las potencias industriales europeas, estos asuntos ya en esa época y más hoy en día no se resuelven por decreto. Si el siglo XX empezó en 1901 los que quieren terminarlo en el año 2000 le recortarán un año, es decir, será un siglo, no de cien sino de 99 años.

El conocimiento científico, como la mayoría de los saberes, no es democrático. Si estuviera sujeto a votación, la Tierra sería plana y estaría inmóvil con el Sol girando alrededor de ella; las moscas nacerían de la suciedad; no existiría el vacío y la materia sería continua. La ciencia, esa forma particular de ver el mundo, nos ha enseñado que todo lo anterior es mentira. Los sentidos nos engañan y una de las mejores maneras para averiguar nuevas verdades es pensar lo opuesto a lo que aconseja el sentido común.

La gran fiesta organizada en todo el mundo para celebrar el nuevo milenio el 1° de enero del año 2000 es eso; una fi esta basada en una “mentirilla” de las muchas que actualmente abundan. Después de la enorme campaña publicitaria montada alrededor de una fecha arbitrariamente establecida, los “milenarios” y costosísimos bailes, cenas y viajes, la simple y cruda verdad prevalecerá. Ella nos indica que si el siglo XX es de cien años, y esperamos que una Magna Asamblea Democrática Matemática no decida lo contrario, habrá que volver a festejar –ya nos lo decía Stanley Kubrick con su extraordinaria Odisea Espacial- de nuevo, en el año 2001. ¿Cómo ves?

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