Ojo de mosca 151
¿Química o física?
Martín Bonfil Olivera
La designación de 2011 como "año de la química" sirve para reflexionar si sigue siendo buena idea dividir el conocimiento científico en las disciplinas clásicas: física, química, biología…
Y es que la naturaleza es una. Segmentarla para estudiarla mejor es una buena estrategia de trabajo, pero corremos el riesgo de creer que el mundo realmente se divide en los anaqueles en que acomodamos el conocimiento que adquirimos sobre él.
Lo artificial de esta división se manifiesta cuando tratamos de definir los límites entre disciplinas. La química y la física son buenos ejemplos. Tanto físicos como químicos afirman que sus respectivas ciencias se ocupan de la materia y la energía, y sus cambios.
Las definiciones de diccionario no ayudan mucho. Según la Real Academia, por ejemplo, la química es la "ciencia que estudia la estructura, propiedades y transformaciones de la materia a partir de su composición atómica", mientras que la física "estudia las propiedades de la materia y de la energía". Otras definiciones son más o menos similares. (Y ni hablar de la disciplina independiente llamada fisicoquímica.)
¿Cómo saber, entonces, si algo corresponde al ámbito de la física o de la química? Los físicos resuelven el problema de manera sencilla: decretan que la química es sólo una subdivisión de la física. Además de petulante, este punto de vista es muestra de lo que el filósofo Daniel Dennett ha denominado "reduccionismo codicioso": pensar que si algo puede explicarse reduciéndolo a sus elementos constituyentes, ese algo no existe realmente.
El famoso fisicoquímico Peter W. Atkins resume admirablemente esta visión: habla de "la biología, que es física disfrazada de química". Y tiene razón, en cierta medida: los fenómenos biológicos no pueden existir sin el sustrato químico necesario. No hay en biología "fuerza vital" ni otro componente que no sea material, químico. Y todo lo material existe gracias a las leyes de la física, que rigen la existencia de los átomos, su unión para formar moléculas y las interacciones entre éstas.
El error no es afirmar que toda la química se basa en la física, o la biología en la química: ¿en qué más podrían basarse? Pero hace falta recordar que la naturaleza presenta niveles de organización, y que éstos permiten la aparición de los llamados fenómenos emergentes, que sólo se entienden desde el nivel correcto. Decir que una sustancia es líquida, por ejemplo, no tiene sentido desde el punto de vista atómico, o considerando una sola molécula: el estado líquido consiste en la formación de enlaces débiles y efímeros entre muchas moléculas.
Siendo rigurosos, podemos aceptar que la química es, en el fondo, física; pero tendríamos que añadir, necesariamente, que no es sólo física.
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