21 de noviembre de 2024 21 / 11 / 2024

Ojo de mosca 220

Alterar la mente

Martín Bonfil Olivera

Si algo caracteriza al ser humano como especie es su mente.

Por eso las sustancias que la alteran, conocidas de manera genérica como “drogas”, han sido tradicionalmente vistas como dañinas.

Las drogas existen y son conocidas desde los albores de la humanidad. Algunas son producidas directamente por vegetales, o se obtienen de la transformación química de productos vegetales. Hoy, gracias a la química moderna, ha sido posible producir drogas sintéticas, que no existían en la naturaleza.

La visión que considera a las drogas como algo perjudicial, que debe ser evitado a toda costa, es relativamente moderna. En su versión actual va acompañada de una “guerra” a nivel global contra su consumo, pero sobre todo contra su tráfico (que, efectivamente, se han convertido en un problema mundial). Pero esta visión apenas data de principios del siglo pasado.

Antes de eso, el uso de ciertas drogas, como el opio en Asia, había llegado a causar graves problemas por su enorme poder adictivo. Pero, en general, el consumo de drogas de origen vegetal (mariguana, coca, ayahuasca, peyote) había formado parte de ritos religiosos de muchas culturas.

Por otro lado, hay sustancias de uso “normal” y aceptado en el mundo durante siglos que también alteran el estado mental. Tres ejemplos son el alcohol, producto de la fermentación de productos vegetales, que tiene efectos relajantes y desinhibitorios; el café e infusiones similares, con alto contenido de cafeína y otros alcaloides estimulantes, y el tabaco, que contiene también un alcaloide estimulante, la nicotina. Estas tres sustancias de uso cotidiano alteran también el estado mental de quien las consume. Técnicamente, son drogas psicoactivas (el alcohol y el tabaco tienen, además, numerosos efectos secundarios negativos).

¿Por qué, entonces, se sataniza y se combate mediante “guerras” que cuestan vidas y dinero el uso de ciertas drogas, y se tolera el consumo de otras? ¿Es realmente tan grave alterar nuestro estado mental?

Un estudio realizado en 2010 halló que escuchar música puede activar los mismos circuitos cerebrales que son estimulados por drogas como la cocaína, y que liberan dopamina, neurotransmisor relacionado con la sensación de placer. ¿Se puede considerar entonces a la música como una droga?

La mente es el bien más valioso que tenemos. Alterarlo mediante el consumo de sustancias químicas es algo que ciertamente no debe hacerse a la ligera.

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