Ojo de mosca 233
Hawking, el genio
Martín Bonfil Olivera
El 14 de marzo murió el cosmólogo inglés Stephen Hawking, posiblemente el científico vivo más famoso del mundo.
Desde los 21 años había sido diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica, rara enfermedad que daña la capacidad de mover los músculos. Le dieron dos años de vida. Cuando falleció tenía 76.
Su muerte coincidió con el Día de Pi, en que se promueve el conocimiento y el gusto por las matemáticas. Fecha muy simbolica, dado que Hawking dedicó su vida entera a descubrir, usando las matemáticas, la estructura, historia y destino del universo.
Sus principales logros tuvieron que ver con la comprensión de la gravedad, dentro del marco de la teoría de la relatividad de Einstein, y los intentos para hacerla compatible con la otra gran teoría de la física contemporánea: la mecánica cuántica. Trabajó, sobre todo, estudiando los hoyos negros y el big bang. Sus logros científicos resultan todavía más valiosos si se toma en cuenta que los hizo inmovilizado desde una silla de ruedas, y que incluso había perdido la capacidad de hablar y se comunicaba sólo a través de un sintetizador de voz.
Hawking fue un gran ejemplo de cómo la dedicación y la fuerza de voluntad pueden sobreponerse a las limitaciones, y logró hacer importantes aportes científicos. Pero también se dedicó a escribir múltiples libros de divulgación, para compartir sus conocimientos con el gran público. Se convirtió así en una superestrella de la ciencia, y en un verdadero ícono científico de la cultura pop, que llegó a aparecer en películas y programas de televisión.
En ¿Cómo ves? insistimos en que la ciencia no es una actividad hecha por genios, sino una labor colectiva basada en la colaboración a partir del trabajo de los colegas. Newton, en una frase famosa, dijo que sus logros habían sido posibles porque “estaba parado en los hombros de gigantes”. Hawking siempre reconoció lo mismo, y toda su labor hubiera sido imposible sin los trabajos de Albert Einstein.
¿Fue Hawking un genio? Sí, en cierto modo: fue un científico de gran importancia que logró avances enormes en la comprensión del cosmos. No, en el sentido de que era uno entre muchos científicos igual de importantes. Simplemente, él llegó a ser mucho más conocido y famoso. Quizá, aunque no hubiera existido, se habrían hallado las mismas cosas que él descubrió; o quizá la ciencia habría avanzado por rutas diferentes.
Lo que no se puede negar es que Stephen Hawking fue, si no un genio que revolucionó nuestra imagen del universo, sí un espléndido representante investigador que ayudó a conocerlo más a fondo, y a acercar ese conocimiento a los ciudadanos.