Ojo de mosca 59
El gran si bemol cósmico
Martín Bonfil Olivera
Uno de los errores más comunes –y más molestos– en las películas de ciencia ficción es ver una explosión en el espacio y oír el sonido que produce.
Como se sabe, en el espacio no hay aire; eso impide la transmisión de sonidos. Sin embargo, recientemente los astrónomos de la NASA han logrado detectar un sonido en el espacio: el producido por un hoyo negro supermasivo, uno de esos objetos cuya densidad es tan grande que ni la luz puede escapar de ellos. Se trata de un si bemol 57 octavas por debajo del do central de un piano; sin duda es el sonido más bajo jamás detectado.
¿Cómo produce el hoyo negro este sonido, y cómo puede propagarse en el vacío del espacio? Contestemos primero la segunda pregunta.
En realidad, el sonido no sólo viaja en el aire: lo puede hacer en cualquier medio gaseoso, líquido o sólido. Oír es simplemente detectar las vibraciones del medio. En el interior de nuestros oídos existe una estructura llamada caracol o cóclea, formada por un conducto enrollado y lleno de líquido. Dentro del caracol existen unas microscópicas vellosidades que oscilan cuando el líquido se agita. El caracol está conectado, a través de tres huesecillos conocidos como martillo, yunque y estribo, con el tímpano, membrana que vibra cuando recibe los sonidos del medio exterior. De este modo, las vibraciones sonoras que transmite el aire se transforman en agitaciones de las vellosidades del caracol. A su vez, estos cilios –su nombre técnico– transforman su movimiento ondulante en señales nerviosas, que pasan a través del nervio auditivo al cerebro, para ser interpretadas.
El "sonido" del hoyo negro detectado por el observatorio Chandra de rayos X de la NASA no fue captado por un oído humano (que sería incapaz de detectar una vibración de tan baja frecuencia), sino reconstruido a partir de su imagen en rayos X. La onda se pudo transmitir en el espacio debido a que el hoyo negro está rodeado de gas, que puede transmitir vibraciones.
¿Y cómo se produjo la onda de "sonido"? Los astrónomos piensan que se debe a que los chorros de gas que emite el hoyo negro –consecuencia de la forma en que absorbe la materia a su alrededor– ocasionan la formación de dos "burbujas" de vacío en el gas circundante. La tremenda cantidad de energía que se requiere para formar estas cavidades se disipa en la onda de sonido, que mantiene caliente el gas que rodea al hoyo negro.
El espacio no es, después de todo, tan silencioso como suponíamos. Al menos no cerca de un hoyo negro.
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