Ojo de mosca 78
¿Qué tiene de especial la física?
Martín Bonfil Olivera
En este Año Internacional de la Física, parecería que esta ciencia es algo excepcional. Y en efecto, lo es: no sólo ha cambiado la imagen que tenemos del U niverso y de su historia, de la naturaleza íntima de la materia que lo constituye e incluso de nociones tan fundamentales como el espacio y el tiempo. También nos ha permitido controlar y predecir con sorprendente precisión el comportamiento de la naturaleza.
Pero nunca es bueno exagerar. A veces se llega al extremo de presentar a la física como la ciencia máxima: la más perfecta, el modelo al que las demás ciencias deberían aspirar. Incluso hay quien llega a afirmar que todas las otras ciencias, en último término, pueden ser “reducidas” a la física (con lo cual la física no sería sólo la ciencia suprema, sino la única).
Es cierto que la física fue la primera ciencia que históricamente logró consolidarse, gracias en parte a su utilización de medidas cuantitativas precisas y a su construcción de modelos matemáticos. Con ellos consigue, con exactitud envidiable, explicar el comportamiento pasado de los sistemas que estudia y predecir su comportamiento futuro.
Quizá toda ciencia deba hacer mediciones cuantitativas. Pero no todas tienen que basarse necesariamente en descripciones matemáticas, ni buscar la predicción como un objetivo indispensable. La química y la biología, aunque algunos de sus aspectos puedan describirse con precisión mediante modelos matemáticos, son fundamentalmente ciencias descriptivas, que explican sus objetos de estudio (la química incluso los construye), aunque no necesariamente predigan nuevos fenómenos desconocidos.
¿Las hace esto menos “científicas” que la física? No: sólo diferentes. Es indudable que todos los fenómenos biológicos y químicos estén basados en las leyes fundamentales de la física. Un sistema biológico o químico que las violara tendría que describirse como milagroso (eso se pensaba de la vida, hasta que se logró dar una descripción molecular de la misma). Pero esto no quiere decir que la mejor explicación de un sistema biológico sea la que describe el comportamiento de cada uno de los átomos (o de las partículas subatómicas) que lo componen. Al contrario: tal explicación no tendría ningún sentido desde un punto de vista biológico. Para hacer biología (o física o química) hay que estudiar los niveles pertinentes de organización de la naturaleza: no todo se puede reducir a la física.
Más que tomarse como la celebración de un injustificado “imperialismo” de la física, el mensaje de este Año Internacional debiera ser que esta ciencia, conjuntamente con todas las demás, colabora para producir el conocimiento que enriquece nuestra visión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, en sus distintos niveles.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx