¿Quién es? 190
Fabián Romo Zamudio
Concepción Salcedo Meza
Arturo Orta
De la curiosidad al imperio de la información
“La Tercera Revolución Industrial se caracteriza por los avances en tres áreas: la física cuántica, la medicina (la genómica en particular) y las tecnologías digitales (el cómputo y las telecomunicaciones). Estos elementos están impactando la manera en que pensamos, vivimos y morimos. Es la época del Internet de las Cosas, la manipulación genética y molecular, de la inteligencia del todo y del imperio de la información”. Éstas son algunas reflexiones del actuario Fabián Romo Zamudio, director de Sistemas y Servicios Computacionales en la Dirección General de Cómputo y Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la UNAM.
Desde hace tres décadas Romo se dedica a la formación de especialistas, a la divulgación y al diseño de soluciones tecnológicas para la UNAM: centros de datos, súper cómputo, sistemas de revistas digitales arbitradas, visualización científica y realidad virtual. Además analiza el impacto de estas tecnologías digitales en la sociedad.
“Las tecnologías de la información y la comunicación, las TIC, son herramientas y extensiones de los sentidos que nos permiten ver, sentir e intercambiar información a larga distancia, más allá de las posibilidades biológicas. En buena medida esta extensión de los sentidos y de las capacidades humanas es la razón de ser del cómputo actual”, explica Romo.
Siempre le interesó la tecnología. De niño abría todos los aparatos a su alcance para curiosear y fabricaba artefactos caseros, entre ellos un catalejo para ver el cielo. “Entonces quería ser astrónomo. Pero ya en la adolescencia mi padre me compró una computadora Comodore (que exhibe en su oficina) y empecé a probarla por ensayo y error, y a dibujar gráficas. Me enamoré de las matemáticas, por eso desde que ingresé a la UNAM decidí estudiar actuaría”. Su formación como actuario lo llevó a la computación y a sus implicaciones filosóficas, sociales, legales, etc. “No me considero un tecnólogo sino profundamente humanista porque una manera de entender al ser humano es conociendo las computadoras, que son réplicas de sus creadores”.
En 2004 Fabián participó en el inicio de operaciones del Observatorio IXTLIUNAM, el primero en América Latina con capacidad para hacer visualización científica en tres dimensiones dentro de ambientes inmersivos e interactivos (ver ¿Cómo ves? Núm. 66). Se trata de una herramienta importante para la investigación científica y la enseñanza que, por ejemplo, permite observar en detalle obras de arte y murales o sumergirse en sitios arqueológicos a través de simulaciones complejas basadas en miles de cálculos matemáticos. Con el IXTLI los investigadores de la UNAM han podido estudiar el campo electromagnético terrestre, simular sismos y representar gráficamente los desplazamientos de nubes en la atmósfera, entre muchos otros proyectos. Actualmente se está mejorando la interfaz humano-computadora para, por ejemplo, visualizar e interactuar en un entorno virtual, así como integrar otros dispositivos para la comunicación directa entre el cerebro humano y las tecnologías digitales.
El teléfono inteligente es un tema que apasiona a Romo pues integra los inventos del siglo XX: la radio, la televisión, internet, la computadora y avances de siglos anteriores como la imprenta, la escritura y el correo. “Es la punta de la pirámide de la humanidad, creada por millones de cerebros de todos los campos de la ciencia: la nanotecnología en la fabricación de los circuitos, la química, la física cuántica y la ciencia de los materiales para almacenar gigabytes de información en un pequeño espacio; las ingenierías en la creación de pantallas sensibles al tacto; el diseño industrial para que el dispositivo sea ergonómicamente adecuado y la psicología para que sea atractivo. Su uso refleja lo que en términos sociales se llama la consumerización de la tecnología, la facilidad de acceder a ella sin ser conscientes de sus efectos”.
“Como vemos —advierte Romo— estamos en un punto neurálgico del desarrollo humano, a un paso de la inclusión de microchips maleables hechos de metal líquido, que abran el camino para funcionar como lo hacen nuestras neuronas. En ese momento la comunicación será directa entre el cerebro humano y la computadora, sin teclados ni botones. Ese fenómeno se conoce como transhumanización: la transformación del ser humano en un cyborg o humano-máquina. Esto implicaría nuestra redefinición como seres vivos y pensantes, planteando la paradoja: ¿la computadora absorbe al humano o el humano absorbe a la computadora?”. Para Fabián Romo “Lo importante es cobrar conciencia de esta realidad tecnológica y encontrar respuestas en la ciencia y en el pensamiento científico, que la gente la haga parte de su vida para razonar, analizar y discutir científicamente. Es la única manera de lograr un uso consciente de las tecnologías y de su impacto”.
Personalmente
Autorretrato
Soy un punto, no importante, pero sí fundamental, si no… el Universo no estaría completo, como ocurre con todo el mundo.
Arte
La Séptima Sinfonía y el Quinto Concierto para Piano de Beethoven son los temas de mi vida.