¿Quién es? 236

Rosaura Martínez Ruiz

Anayansin Inzunza

Foto: Arturo Orta

La intersección entre filosofía política y psicoanálisis es la principal línea de investigación de la doctora en filosofía Rosaura Martínez Ruiz, ganadora del Premio de Investigación 2017 en el área de humanidades, que otorga anualmente la Academia Mexicana de Ciencias a jóvenes científicos. “El premio representa un reconocimiento a mi trabajo y esfuerzo. Me dio mucha alegría ganarlo”, dice sonriente la investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Para Rosaura el psicoanálisis freudiano tiene un papel central en la filosofía política de los siglos XX y XXI porque para pensar en el espacio político, público y de cohabitación es fundamental estudiar las pasiones humanas, el inconsciente. La doctora Martínez define la filosofía política como la disciplina que ha creado los conceptos de espacio compartido y espacio público, y al psicoanálisis freudiano como un interlocutor básico para la filosofía política en textos como La psicología de las masas. Según la investigadora el psicoanálisis freudiano no es el único interlocutor de la filosofía, pero a ella es el que más le apasiona. Considera que para ciertos problemas filosóficos como el descubrimiento del inconsciente y cómo se construyen los sujetos, Sigmund Freud es una herramienta útil de pensamiento.

Desde su punto de vista, la filosofía tiene un papel fundamental, ya que una de sus tareas históricas es construir conceptos y cambiar nombres que han sido erróneamente otorgados. Piensa por ello que para que México avance es muy importante que los jóvenes se acerquen a la filosofía. A su parecer tendría que impartirse desde la primaria para que los niños y adolescentes aprendan a preguntar, a sorprenderse y a dudar, porque faltan muchos pensadores críticos, creadores de sentido con el lenguaje y de conceptos.

Rosaura, nacida en la Ciudad de México, señaló además que es indispensable que la filosofía esté presente en áreas como la asesoría política, en las representaciones de las Cámaras de Diputados y Senadores, en las Comisiones de Derechos Humanos, en el ámbito ecológico y en las redacciones de los medios de comunicación, y no sólo en la academia y en la investigación. Para ella un buen filósofo es una persona que no para de preguntar, que tiene un pensamiento crítico, que escucha a sus colegas y al mundo y que todo el tiempo se pregunta por qué las cosas no son de otra manera. Transmitir el conocimiento y la pasión por la filosofía a los estudiantes universitarios es una labor que la Dra. Martínez disfruta. Lo considera un estímulo y una esperanza de cambio, porque los jóvenes son el futuro que puede revolucionar a México y al mundo. Reconoce que los jóvenes son un grupo vulnerable y muy abandonado en México, al que se tiene que cuidar, procurar, estimular y consentir. “Se criminaliza a los estudiantes porque toman las calles y porque protestan, y si salen a marchar son calificados a priori de vándalos; seguimos sin construir un espacio blindado contra la criminalización de los estudiantes. Parece que el Movimiento del 68 no nos ha enseñado mucho”.