¿Quién es? 297
Cecilia Rosen
Gloria Valek
Foto: Arturo Orta
Comunicóloga y doctora en ciencias sociales dedicada a la divulgación de la ciencia desde la academia y el periodismo científico en la UNAM
Cecilia es doctora en ciencias sociales, investigadora en temas de comunicación de la ciencia, periodismo y estudios de ciencia y sociedad; coordinó la serie radiofónica Hábitat Ciencia, apoyada por el Conacyt, y trabajó como reportera y editora de la sección de ciencia del periódico Reforma. Sus áreas de interés son el desarrollo profesional de la comunicación y el periodismo de ciencia en América Latina, la relación entre las instituciones científicas y la comunicación y el desarrollo de metodologías para mejorar las prácticas de la comunicación de la ciencia en la región. Es miembro fundador de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia y pertenece a varias asociaciones de periodismo y comunicación. Ha impartido cursos sobre esas materias en instituciones mexicanas y argentinas y desde 2019 coordina las actividades de comunicación de la ciencia del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, centro de excelencia donde se realiza investigación científica para entender el funcionamiento de las células desde distintas áreas del conocimiento.
Tus padres son argentinos y tú mexicana. ¿Cómo llegaste a la UNAM?
Mis papás vinieron a México en 1980, en plena dictadura argentina; soy la única de los hermanos que nació en México, la más chica de cuatro hijos, y a mis 3 años de edad regresamos todos a Argentina. Hice la primaria allá y en 1996 volvimos a México, pues aunque ya no había crisis política, sí económica, y aquí se había quedado un tío materno que fundó una empresa y le empezó a ir bien; mis papás encontraron cierta estabilidad y nos quedamos. Al volver yo tenía 13 años y toda mi adolescencia y juventud las viví aquí… Estaba entre estudiar letras o biología, pero como siempre he sido mala para las matemáticas, en el examen de ingreso a la UNAM mi primera opción fue letras y la segunda, comunicación. Entré a la carrera apenas, pues aunque veníamos de la huelga de la UNAM y había bajado la matrícula, comunicación seguía siendo la carrera de mayor demanda.
¿Cómo entraste a la licenciatura en comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM?
Saliendo de la preparatoria hice exámenes en varias universidades, pero al aprobar el de la UNAM mis papás me pidieron que por lo menos estuviera un año en la carrera; entré a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en 2001 y al mes pensé “Es lo mejor que me ha pasado en la vida” y me olvidé de otras opciones, porque aunque el nivel académico no era homogéneo me llamaba la atención el periodismo. Empecé a escuchar que había algo vinculado con la divulgación de la ciencia y a leer ¿Cómo ves?; de hecho, mi primer proyecto de tesis fue un análisis de esta revista. No lo hice finalmente porque conocí a Javier Crúz, proveniente del periódico Reforma y con interesantes ideas sobre el periodismo científico; fui de sus primeras estudiantes y tesistas y quedé fascinada porque en la divulgación había algo todavía más vinculado con lo que realmente me interesaba.
Después de trabajar en Reforma como periodista de ciencia decidiste estudiar la maestría en Londres. ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue un año increíble; ese posgrado es uno de los más antiguos en comunicación de la ciencia y me dejó mucha experiencia en la formación a nivel práctico, teórico y conceptual, y ahí terminé de afianzar la idea de seguir en esta línea. De hecho contemplé quedarme al doctorado, pero no lo hice pues aunque me encanta Londres me interesaba trabajar académicamente con y en América Latina. Constaté que nos llevan un mundo de ventaja, pero también valoré lo que sí tenemos y lo que nos hace falta, por ejemplo la evaluación sistemática y rigurosa de los productos de comunicación de la ciencia. Me marcó porque allí adquirí una forma de razonar y argumentar que empezó a abrirme ventanas sobre los estudios de ciencia, tecnología, sociedad y comunicación que profundicé años después en el doctorado, en Argentina. Entonces volviste a Argentina Sí, con una beca gubernamental continué con mis estudios en Flacso Argentina y afortunadamente conocí a Carina Cortassa, referente de la comunicación de la ciencia en la región, con una perspectiva filosófica, y a Carmelo Polino, proveniente de la sociología, a quienes tuve como asesores. Después del doctorado en Argentina regresaste a México y como académica de la UNAM. Sí, volví en el 2017, terminé desde aquí la tesis y desarrollé un podcast de ciencia con apoyo de Conacyt. Fue una experiencia increíble, y luego me llegó la oportunidad de trabajar en el Instituto de Fisiología Celular. Desde entonces me he enriquecido con respecto a esta cuestión bastante híbrida que tengo: hacer comunicación de la ciencia y desarrollarme en una carrera académica.
La rigurosa y sólida formación en ciencias sociales para el trabajo periodístico y académico en comunicación pública de la ciencia
¿Qué te ha dado la UNAM?
Mucho, y en dos etapas; en la primera, mi formación, mis amigos y mi pareja, pues a Rogelio lo reencontré en la FCPyS, y yo jamás hubiera dado con el periodismo científico si no hubiera estado en la UNAM. Ahora, 20 años después, es más común y hay posgrados y diplomados en divulgación y comunicación pública de la ciencia, pero entonces la UNAM era la única. En la segunda etapa, le debo mi profesión y trabajo actual que me da la oportunidad de hacer lo que me gusta e interesa.
¿Cuáles son tus labores en la coordinación?
Principalmente me encargo de la comunicación institucional, tanto interna como hacia el público general; también de organizar eventos de divulgación y publicar noticias sobre la investigación que se desarrolla en el Instituto. Por otro lado, superviso a estudiantes de diversas carreras que elaboran sus tesis o hacen sus prácticas profesionales o su servicio social en comunicación de la ciencia. Este año estamos desarrollando una guía para científicos en formación sobre cómo comunicar ciencia apoyados por la UNAM.
¿Es difícil convencer a los científicos dedivulgar sus trabajos de investigación?
Estoy convencida de que eso es generacional: los científicos jóvenes están más interesados en comunicar sus conocimientos y proyectos, pues ya son más conscientes de su importancia para lograr apoyo institucional o del público. También los investigadores que están consolidados desean compartir lo que saben; el problema ocurre a veces con los de en medio, que no creen en la importancia de la divulgación o no tienen tiempo o interés por involucrarse.
¿Qué disfrutas más de tu trabajo en el Instituto de Fisiología Celular?
El contacto directo con las y los investigadores y entender la ciencia. La libertad de seguir proyectos académicos y que se conozca y respete mi trabajo, pero sobre todo que aquí puedo crecer en todos mis intereses.
¿Qué pasa con la divulgación de la ciencia desde las ciencias sociales?
Desde las ciencias sociales la mirada sobre la ciencia siempre va a ser distinta, y lo noto incluso con mis amigos físicos, matemáticos, biólogos o astrónomos; desde las ciencias sociales tenemos otra mirada, menos abstracta o aislada, del conocimiento científico. Me parece imposible abordar el conocimiento científico sin pensar que es una actividad social producida por un grupo de personas en circunstancias específicas, y eso lo reforcé todavía más en el doctorado. Si bien primero tenemos que dominar el contenido científico, la argumentación y el manejo de las herramientas, cuando abordamos la ciencia la pensamos también como una actividad social con valores y en un contexto.
¿Cuáles son tus principales proyectos?
Seguir obteniendo financiamiento para proyectos de investigación y enseñanza y colaborar y estrechar más lazos con instituciones como Universum, donde montaremos una exposición temporal sobre ritmos circadianos en la que también participa el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM; tener más estudiantes de todas las áreas y ampliar los talleres internos para nuestros académicos y motivarlos para que realicen sus propios proyectos de comunicación. Realizar estudios de públicos para conocer mejor a nuestras audiencias, organizar visitas guiadas… y me gustaría continuar mi trabajo de investigación y docencia en comunicación de la ciencia, que es de lo que más me apasiona.
¿Qué le dirías a los jóvenes sobre tu profesión y tu trabajo?
Que es fascinante estar en contacto con la investigación científica desde la perspectiva que quieras. Que es difícil y necesitas una formación sólida, pero que es reconfortante entender la ciencia, el método científico, cómo funciona el mundo y sobre todo poder relacionarla con todas las cosas de la vida.
En corto
Viaje soñado
Australia, que era mi primera opción de maestría, y con la que estoy ahora conectada por el buceo.
Comida favorita
La mexicana y la china, aunque disfruto mucho los asados argentinos de mi papá.
Amores
Mi hijo Sandro y toda mi familia, mis amigas y amigos.
Pasatiempos
El yoga, la lectura, caminar.
Pasión
El cine independiente de arte, el drama, los documentales; no me gustan la ciencia ficción ni el cine de terror.
Virtudes
Tengo una ética de trabajo muy fuerte, soy responsable y decidida.
País donde te gustaría trabajar
Si no es México, en Argentina, pero con las mismas condiciones laborales que ahora tengo