Ráfagas 312
Ráfagas
María Luisa Santillán
Ilustración: revista ¿Cómo ves?
Cerebro de las adolescentes envejeció más durante la pandemia
Los cambios en el estilo de vida durante el confinamiento por la pandemia de covid-19 provocaron mayor adelgazamiento de la corteza cerebral en adolescentes mujeres que en adolescentes hombres. Investigadores de la Universidad de Washington estudiaron el desarrollo cerebral en esta población antes y después de la pandemia y encontraron que los cerebros de ellas eran 4.2 años más viejos en comparación con el de ellos, que sólo envejeció 1.4 años.
El estudio explica que aunque el adelgazamiento cortical es un proceso normal que ocurre con la edad y es parte de la maduración del cerebro, también se sabe que puede acelerarse por estrés crónico, depresión o ansiedad. Los efectos de este adelgazamiento en las adolescentes que fueron parte del estudio se vieron en todos los lóbulos y en ambos hemisferios, estructuras involucradas en muchas funciones cognitivas y en la cognición social. En los varones sólo se presentó en dos regiones, ambas ubicadas en el lóbulo occipital, relacionadas con el procesamiento de objetos en el campo visual.
Una posible explicación es que para las mujeres las interacciones sociales son de vital importancia: se reúnen con otras mujeres, hablan entre ellas y tienden redes de apoyo emocional con más frecuencia de los hombres. Para ellos las relaciones entre pares se caracterizan más por las actividades compartidas.
Aunque ya otros estudios habían mostrado el deterioro cerebral de los adolescentes durante la pandemia éste es el primero que detecta diferencias tan marcadas entre sexos. La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, pone énfasis en la importancia de monitorear y proporcionar apoyo a los adolescentes que vivieron los confinamientos impuestos durante la pandemia.
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El reconocimiento Ig Nobel a las investigaciones más absurdas
Las investigaciones inusuales, que primero te hacen reír y luego pensar, son reconocidas cada año con el popular premio Ig Nobel, cuya 34ª ceremonia anual fue realizada —por primera vez desde la pandemia— de forma presencial en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados Unidos Los ganadores recibieron un billete de diez billones de dólares zimbabuenses, hoy obsoleto pero muy llamativo, y una caja transparente con objetos relacionados con el tema de este año, que fue la Primera Ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, lo hará.” Durante la ceremonia los asistentes arrojaron los tradicionales aviones de papel y los presentadores de cada premio fueron genuinos premios Nobel, como Abhijit Banerjee, Moungi Bawendi, Esther Duflo, Jerry Friedman, Eric Maskin y Robert Merton. Como cada año, el presentador del evento fue Marc Abrahams, editor de la revista Annals of Improbable Research.
Los excéntricos y disparatados trabajos premiados de este año fueron:
Paz. Para una investigación que mostró la viabilidad de alojar palomas vivas dentro de misiles para guiar sus trayectorias de vuelo.
Botánica. Lo obtuvieron dos investigadores que demostraron que algunas plantas reales imitan las formas de las plantas artificiales ubicadas cerca de ellas.
Anatomía. Se otorgó a un grupo de investigadores por estudiar si la dirección de los remolinos en el pelo de quienes viven en el hemisferio norte suele ser la misma que en el hemisferio sur.
Medicina. Fue para una investigación que demostró que los placebos que causan efectos secundarios dolorosos pueden ser más efectivos que los placebos que no.
Física. Lo obtuvo un científico de la Universidad de Florida que demostró que el cuerpo de las truchas es tan hidrodinámico que pueden nadar hasta muertas.
Fisiología. Se entregó a un equipo japonés-estadounidense que descubrió que muchos mamíferos son capaces de respirar por el ano.
Probabilidad. Fue para un grupo de más de 50 investigadores que mostró tanto en teoría como en 350 757 experimentos que cuando se lanza una moneda tiene una probabilidad un poquito mayor de caer del mismo lado que se lanzó.
Química. Lo obtuvieron unos investigadores que usaron la técnica de la cromatografía para separar gusanos borrachos y sobrios, con la esperanza de aplicar lo aprendido a los polímeros.
Demografía. Se entregó a un investigador cuya labor detectivesca descubrió que muchas de las personas famosas por su longevidad vivieron en lugares donde los registros de nacimientos y muertes son pésimos.
Biología. Fue para una investigación publicada en 1940 cuyos autores hicieron estallar una bolsa de papel junto a un gato parado en el lomo de una vaca. La idea de asustar vacas era comprobar si cambiaba su producción de leche.
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