Retos 200
Un cocimiento para el conocimiento
Antonio Ortiz
Ilustración: Carlos Durand
Ruda
Desde que tuvo la lista de hierbas para preparar el “té visionario” (ver ¿Cómo ves? No. 199), Marisa no sólo lo consumía asiduamente incrementando sus capacidades analíticas e intelectuales, también comenzó una vertiginosa carrera de empresaria. Para fabricar 20 000 bolsas de té visionario, contrató a 200 vecinas y 1 camioneta que manejaban 2 primos suyos, para recoger en casa de cada vecina 100 bolsas hechas y dejarles materiales suficientes para producir otras 100. Después de pasar por 10 casas, los primos llenaban 1 costal con las 1 000 bolsitas recolectadas.
Todo iba bien hasta que un día no hubo suficiente ruda —uno de los 20 componentes del té— y los primos no la entregaron a las últimas 10 vecinas de su recorrido diario. Pero al día siguiente, después de entregar la nueva remesa de hierbas a cada vecina, recogieron también las bolsitas hechas por ellas el día anterior y las fueron metiendo en los costales. Al llegar a casa de Marisa los primos dejaron 20 costales y le comentaron que a las bolsas de té de 1 de los costales les faltaba ruda.
Pero un té visionario sin ruda era inocuo y Marisa no podía venderlo así. Al mirar los 20 costales no podía detectar cuál contenía las 1 000 bolsitas de té incompletas. Entonces decidió prepararse un té visionario; con apenas un sorbo supo cómo determinar cuál costal tenía las bolsitas incompletas usando 1 sola vez una báscula de precisión que podía soportar un peso máximo de 5 kg y sabiendo que las bolsitas sin ruda pesarían 3 g menos que una normal.
Si 1 bolsita normal pesa 20 g, 1 costal normal pesa 20 kg y si únicamente necesitó utilizar la balanza de precisión 1 sola vez ¿cómo le hizo Marisa?
Choferes
Para incrementar más las ventas del té, Marisa filmó un anuncio donde un chofer de tráiler le decía a otro: “Pues sí Pedro, para ir por la carretera de Puebla a Veracruz voy a una velocidad constante de 80 km por hora, descargo toda la mercancía en 1 hora y luego regreso a Puebla a una velocidad constante de 100 km por hora porque ya vengo vacío. Llego a la hora en la que va saliendo la guapísima secretaria de la compañía...”.
Y el otro respondía: “Si un día te sustituyo voy a ir de ida y vuelta a una velocidad constante de 90 km de ida y de regreso pues ése es tu promedio de velocidad y así también me tocará verla”.
Juan le respondía dando un sorbo a su taza de té: “No Pedro, si haces eso vas a llegar más temprano y en lugar de verla, el capataz te va a poner a lavar el camión”.
Y luego, volteando a cámara, Juan decía: “Con té visionario tus conocimientos mejoran de manera sorprendente”.
¿Por qué llegaría más temprano Pedro que Juan?
Ancianas
Para otro anuncio del té visionario, la abuela de Marisa ideó lo siguiente:
En un asilo de ancianos una enfermera carga un frasquito con 17 capsulas estimulantes y camina hacia una mesa donde 4 viejitas están jugando cartas: María, Josefina, Dolores y Genoveva, porque a las 3 primeras les toca su medicación. Cuando lee las instrucciones del doctor vacila porque dicen que a doña María le tiene que dar la mitad de las cápsulas del frasquito, a doña Josefina la tercera parte y a Dolores la novena parte. La enfermera dice: “Pero la mitad de 17 no es un número exacto, y no se puede partir una cápsula en 2 y la novena parte ni la tercera parte de 17 tampoco son números exactos, ¿cómo le voy a hacer?”. Entonces se ve a Genoveva tomando un sorbo de té visionario y diciendo: “Sé cómo hacerlo sin partir ninguna cápsula y utilizando la píldora estimulante que guardo para emergencias”. ¿Cómo podría hacerse el reparto de medicinas?
Soluciones al número anterior
De comisionista:
…a visionaria:
...a empresaria:
36 pesos