Retos 231

Las terapias de Luciano

Antonio Ortiz

Ilustración: Carlos Durand

Problemas juveniles

Cuando terminó la carrera de psicología Luciano decidió que el bienestar de la mente era casi un derecho humano y que él ayudaría a las personas de manera gratuita. Después de pensarlo mucho decidió trabajar como taxista nocturno para poder ejercer su profesión. Así Luciano atendía a sus “pacientes” sin que ellos lo supieran.

Una noche se subieron a su taxi 3 jóvenes que iban a una discoteca y comenzaron a competir por quién traía los mejores pantalones, más dinero o los mejores tenis. Al escucharlos, Luciano les dijo que lo importante era cómo se sentía cada uno de ellos emocionalmente y no sus pertenencias. Entonces cada uno de los jóvenes comenzó a contar a Luciano sus problemas y éste a sugerirles las diversas maneras en que podían salir avante. Y lo que les dijo Luciano de alguna manera surtió efecto porque justamente al bajar, en lugar de hacer la bromita típica “el último paga”, los 3 amigos decidieron pagar los 90 pesos entre todos a partes iguales, cada uno puso 30 pesos.

Luciano decidió hacerles un descuento y les regresó 50 pesos en monedas de 10 pesos; cada joven se quedó con una moneda de 10 pesos y dejó los 20 pesos restantes como fondo común para pagar el taxi de regreso. Pero al bajar del taxi uno de los amigos notó que algo andaba mal porque si cada uno de ellos pagó 20 pesos, el Las terapias de Luciano total por los 3 sería de 60 pesos y con los 20 pesos del fondo común sería de 80 pesos, por lo que faltaban 10 de los 90 pesos que habían dado originalmente.

¿Se habrá quedado Luciano con esos 10 pesos?

Problema matemático

En otra ocasión subió al taxi una muchacha llorando porque acababa de cortar con su novio; Luciano le explicó que las relaciones amorosas son como los peseros: “a veces se descomponen a lo largo del trayecto y uno se tiene que subir a otro, o uno cambia de parecer y se baja para tomar otra dirección”. Gracias a Luciano la mujer se tranquilizó, le dijo que se llamaba Rosa y que estudiaba la carrera de matemáticas. Cuando llegaron a la calle donde Rosa vivía, para reforzar los consejos que le había dado, Luciano le dijo que no le iba a cobrar el viaje y Rosa sorprendida le regaló en pago simbólico un problema matemático que Luciano podía resolver mientras esperaba en algún alto.

El problema consistía en acomodar los números del 1 al 8 en los cuadraditos, con la característica de que 2 números consecutivos no podían tocarse ni de manera lateral –tanto horizontal como verticalmente– ni diagonal.

¿Cómo hay que ordenar los números?

Problema monstruoso

Otra noche se subieron al taxi de Luciano una mujer de unos 25 años y su hijo de 7 años. El problema de esta joven mamá era que su hijo solía tener pesadillas en las que diversos monstruos lo perseguían y despertaba en las noches asustado y luego la mamá se quedaba despierta pues siempre le costaba mucho trabajo dormirse. Luciano se quedó pensando y luego les dijo: “Mire señora, no hay mayor problema, lo de las pesadillas es fácil. Niño, tú nada más piensa que los monstruos te persiguen porque sólo quieren jugar contigo. Por más feos que los veas, no te van a hacer nada. Y usted señora, para dormirse casi inmediatamente lo que va hacer es ponerse boca abajo en la cama y acariciar la planta de sus pies con la sábana y verá que pronto se queda dormidita”.

Al llegar a la calle en la que vivían la joven madre y su hijo, Luciano les dijo: “Si me dicen qué animal es el que lleva las 5 vocales en su nombre no les cobro el pasaje”. No habían pasado ni 2 segundos cuando el niño gritó la respuesta.

¿Cuál era el nombre del animal?