Retos 245

De cachorros y quelites

Antonio Ortiz

Ilustraciones: Carlos Durand

Cascarita

En su primer día de clases como maestro de matemáticas en la secundaria “Héroes de Nacozari” de Tlaxcala, Germán esperaba que finalizara el descanso de 10 minutos que había entre la clase de biología y la de matemáticas para que el poderoso equipo de futbol de los Tlacoyos enfrentara en un mini partido al no menos poderoso equipo de los Quelites. Mientras Germán esperaba en el salón, la maestra de biología recogió sus cosas y al salir pegó una hoja blanca en la puerta donde estaba escrito lo siguiente:

En cuanto Germán miró la hoja comenzó a recordar que en México asisten a las escuelas de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) alrededor de 26 millones de estudiantes, que equivalen a la cuarta parte de los mexicanos o a la población de países como Irak o Venezuela. Todos esos niños y niñas asisten a un total de 226 000 escuelas, de las cuales casi 200 000 pertenecen a la Secretaría de Educación Pública; en ellas dan clases poco más de 1 000 000 de profesores, de los que prácticamente la mitad imparte clases en las primarias. La mitad de las escuelas no tiene drenaje y la cuarta parte carece de electricidad. En promedio cada escuela recibe a 100 niños; 1 de cada 2 de ellos vive en condiciones de pobreza. Además en la evaluación educativa del 2018 se encontró que el 60 % de los alumnos egresados de primaria está reprobado en matemáticas y que la mitad de ellos tiene dificultades para leer y escribir.

Y en eso pensaba Germán cuando comenzaron a entrar los alumnos al salón, algunos riendo al ver que la operación del mensaje estaba mal. Una de las niñas le dijo a Germán: “La suma está bien, pero quien haya pegado esa hoja se equivocó”.

¿Por qué dijo eso la niña a Germán?

Comilón

Para animar la clase de matemáticas Germán contaba a sus alumnos anécdotas sobre su perro Pipo, que le había mordisqueado los tenis que llevaba puestos. Lula, la niña más chaparrita del salón, comenzó a decir que su papá era veterinario y le explicó que en México viven 40 millones de perros y que sólo en la Zona Metropolitana del Valle de México hay más de 1.5 millones de perros sin dueño. Luego Lula les contó que su papá le daría un perro sólo si ella se comprometía a comprarle croquetas con el dinero que le daban los domingos. De hecho, una de las clientas de la veterinaria tenía 4 perritos recién nacidos que quería regalar y le había dicho a Lula que sus nombres eran Salomón, Pantera, Oso y Patricia. También le dijo que Patricia comía más que Salomón, Oso comía más que el mismo Salomón pero menos que Pantera y esta última comía más que Patricia. Lula no sabía con cuál perrito quedarse para que no le saliera tan caro comprarle la comida.

Después de escuchar el dilema, Germán les explicó en el pizarrón una manera fácil de averiguar cuál era el perrito que comía menos.

¿Cuál cachorro debe escoger Lula?

Competentes

Al día siguiente Lula llegó a la escuela con su perrito y fue tal el desorden que la directora tuvo que ordenar que lo sacaran al patio y encargó a don Simón, el portero, que lo cuidara.

Mientras tanto, en la hora de la clase de matemáticas Germán entregó las calificaciones de su última tarea a los 20 niños del salón, incluida Lula. Después, les dijo que aun cuando el promedio del salón había sido de 6, eso era alentador ya que el promedio nacional era de 4. Añadió que 8 alumnos habían obtenido 3 y que los demás habían aprobado, por lo que iba a poner más atención a los reprobados. Sin que nadie se lo preguntara, Lula también les dijo a todos que el promedio era un número que se leía igual de derecha a izquierda que de izquierda a derecha.

¿Cuál fue el promedio de los niños que habían aprobado?