Retos 247

Clases de lenguas

Antonio Ortiz

Ilustración: Carlos Durand

Eslabones aztecas

Julián se hacía llamar “El azteca” y después de sus clases se iba a un costado del Templo Mayor en la Ciudad de México, donde al oscurecer se reunían varias personas que acompañadas del incesante tamborileo del huéhuetl y del ulular del caracol aprendían danzas aztecas, practicaban el náhuatl y se introducían en las tradiciones tenochcas.

Una noche Julián se había quedado dormido viendo en la televisión un documental acerca de las lenguas indígenas mexicanas. En él se mencionaba que en México viven poco más de 11 millones de indígenas originarios pertenecientes a 68 pueblos diferentes. El pueblo náhuatl lo forman 2.5 millones de personas, el maya 1.5 millones, mientras el teko tiene solamente 149 personas, el oluteco 144 y al ayapaneco 57. También se mencionaba que todas esas lenguas están en proceso de desaparición y que si no se toman las medidas adecuadas hacia el año 2100 todas se habrán perdido, por lo que se recomendaba aprender alguna de ellas.

En menos de tres años Julián aprendió a hablar una de las variantes del náhuatl y junto con algunos amigos puso una escuela para enseñarla; la llamaron Tepoztotol, que en náhuatl significa avión y que proviene de los vocablos tepoz (metal) y totol (pájaro). Una de las primeras alumnas de la escuela fue Laura, toda una experta en diseño y fabricación de joyería artesanal. Después de darle la primera clase Julián le preguntó a Laura si le podría unir 4 cadenitas que tenían 3 eslabones cada una y le contó que se las había regalado su abuelita para formar una sola. Laura dijo que le cobraría 100 pesos por cada eslabón que tuviera que abrir y luego soldar nuevamente porque era un trabajo de alta precisión; en total serían 400 pesos. Julián hizo unas cuentas mentales y le dijo a Laura que más bien serían 300 pesos porque sólo tendría que abrir y soldar 3 eslabones y le explicó cómo hacerlo. ¿Cómo pueden unirse las 4 cadenitas con sólo abrir y soldar 3 eslabones?

Edades en náhuatl

Días después, cuando Laura regresó al calmecac (escuela) Tepoztotol con la cadena de Julián, él le pagó los 300 pesos. Como la clase de ese día era sobre cómo preguntar la edad en náhuatl, Laura le preguntó a Julián: “¿keske xiuitl tikpia?”. A lo que él contestó: “es fácil saber cuántos años tengo porque cuando yo tenía 1 año menos de la edad que tú tienes, tú tenías 5 años menos de la edad que yo tengo, pero cuando tengas mi edad, la tuya más la mía sumarán 52 años”.

¿Cuántos años tiene Julián y cuántos tiene Laura?

Cacles tenochcas

Como Laura era muy entusiasta, comenzó a enseñar algunas palabras en náhuatl a su hermanito Beto. Una mañana Beto se dio cuenta que tenía un hoyo en su kaktli (zapato) y pidió a su kokotzin (abuela) que lo llevara a comprar un par nuevo al tiankistli (mercado). Al salir Beto le iba diciendo en náhuatl algunas de las cosas que veía como: kuauitl (árbol), cihuatl (mujer), ojkali (calle), uisi (bicicleta) y tlasolili (edificio).

Al llegar al tiankistli se dirigieron a la tlanamakiskali (tienda de zapatos) donde Beto se probó varios pares haciendo enojar al dueño. Finalmente Beto eligió unos momotlaliskaktli (tenis con dibujos de un conejo). Y como el dueño ya estaba molesto le dijo a Beto: “A ver si eres tan listo: estos tenis con sus agujetas cuestan 300 pesos y las puras agujetas valen 270 pesos menos que los puros tenis; si me dices cuánto cuestan los tenis sin las agujetas, te los regalo”.

Si Beto y su abuela salieron muy contentos de la tienda con los tenis nuevos que les acababa de regalar el dueño de la zapatería, ¿cuánto costaban los tenis sin agujetas?