Retos 71

Pesadilla, perro y villano

Antonio Ortiz

Ventana de pesadilla

En una auténtica pesadilla estaba Paty Chapoy —la de la tele—, soñando que Lorena Herrera —también la de la tele— la había secuestrado, en venganza por un chisme que había contado sobre ella en su programa Ventaneando. En el sueño Paty Chapoy estaba al fondo de un tinaco cilíndrico de lámina y, desde arriba, com­pletamente enloquecida, Lorena Herrera le arrojaba cubetazos de sangre. Mientras recibía el macabro baño, Paty descubrió que, soldadas a la pared del tinaco, había unas escaleras con 20 escalones para lle­gar hasta el borde del tinaco. Pero en su desesperación se dio cuenta de que sólo lograría salir subiendo muy lentamente, a razón de un escalón cada 24 minutos —que es el tiempo que dura su programa de tele sin anuncios—, mientras que Lorena le arrojaba un cubetazo de 15 litros de sangre cada 3 segundos.

Por si fuera poco, en su retorcida pesa­dilla Paty Chapoy presentía que no podría nadar en la sangre y que si se ahogaba se convertiría en una horrorosa vampira.

¿Lograría Paty Chapoy salir a tiem­po del tinaco, que tenía un diámetro de 4 metros y una altura de 8 metros, sin llegar a ser cubierta por la sangre que le vertía Lorena Herrera?

Diseño bacterial

Un buen día, el famosísimo doctor Evil (el de las películas de Austin Powers) logró, por medio de la manipulación genética, diseñar un nuevo tipo de bacteria asesina que producía una bacteria igual a sí misma cada 2 segundos. El poder de estas bacte­rias era tal que bastaba sólo la presencia de 5 de ellas en la boca de una persona para que muriese de inmediato presa de insoportables dolores.

En su afán por dominar el mundo, el doctor Evil colocó una de estas bacterias justo en la entrada de la estación Pino Suá­rez del metro de la Ciudad de México.

Austin Powers andaba muy ocupado y no sé enteró de lo hecho por el doctor Evil sino hasta 745 horas, 58 minutos y 15 segundos después. ¿Para esa hora cuán­tas bacterias habría ya en la Ciudad de México y a cuánta gente habrían matado si cada una de ellas tenía un tiempo de vida de 3 segundos?

Los cruzados

Un día estaba Pipo, el perro ratonero de la vecindad, mordisqueándose las pulgas a pleno sol cuando de repente, entre los olores de las quesadillas, los tacos, el esmog, los humanos y la basura, comenzó a distinguir uno muy especial que de in­mediato le hizo comenzar a menear la cola: el de las feromonas de Talía. Ella era una perrita pequinés del taller mecánico que estaba a unas cinco cuadras de la vecindad de Pipo, y había salido a pasear. Mientras paseaba, Talía olisqueaba las esquinas y los postes de la calle cuando, de repente, detectó el del “marcaje” territorial de Pipo y, olfateando el aire, distinguió el rumbo de donde provenía con mayor fuerza. Como estaba en celo pegó la carrera en esa direc­ción, al mismo tiempo que Pipo hacía lo propio en dirección hacia ella.

Si Talía, sorteando coches, baches y peatones corría a una velocidad de 5.2 kiló­metros por hora y Pipo, emocionado con el olor a feromonas, corría a 9.2 kilómetros por hora, ¿a qué distancia se encontra­rían uno del otro 10 segundos antes del punto en el que se “cruzarían” entre sí, tomando en cuenta que la distancia entre la vecindad y el taller mecánico era de 800 metros?